"El ilustrador combinó el grabado, la litografía y la pintura; y con
plumilla, litros y litros de tinta china y tres colores —el rojo, el
negro y el azul— trabajó 114 hojas de acetato: tres por cada
ilustración"
¿Cómo fue el proceso creativo para ilustrar este libro?
Mi método de trabajo se basa generalmente en un acercamiento profundo (en la medida de mis posibilidades) al tema en curso. Por ello investigué, además de la información que Caterina y Héctor me habían dado, sobre la cultura popular de Tixtla. De esta manera indagué sobre su vestimenta tradicional, su tipo de arquitectura, sus costumbres, su orografía, su entorno cotidiano e incluso en su forma de rotular los nombres de los negocios, las bandas de música y las señalizaciones locales (como pueden ver, el diseño del título es un homenaje a la cultura del rótulo mexicano).
Ya con toda esta información, me di a la tarea de interpretar mediante bocetos y pruebas de impresión la cultura popular tixtleca. Lo demás fue un proceso de adaptación al lenguaje de la ilustración.
¿Qué fue lo que más disfrutaste de este proceso?
El descubrir a través de la experimentación otras formas de abordar las imágenes sin sacrificar su concepto de tradición. Aunque las ilustraciones son complejas en su composición y tratamiento, hay una especie de descripción de las cosas que no te agota la vista. Lo elaborado para mí no significa un sinónimo de barroquismo, sino un medio óptimo para encontrar nuevos caminos de expresión.
¿Qué elementos de la cultura de Tixtla fueron los que te inspiraron más para ilustrarlos?
Además de los rasgos populares que ya cité (vestimenta tradicional, tipo de arquitectura, costumbres, territorio, paisajes), su particular relación con el agua y su propia música, la cual es rica en historias y matices. En suma, mi admiración hacia un pueblo que ha creado una cultura popular y un repertorio musical único en el país.
¿Cuál es tu ilustración favorita del libro?
La del sapo en el coche. Me parece de lo más lúdica, porque resume esa relación de camaradería entre el hombre y los animales, tan propia de la cultura popular mexicana. De hecho, en las letras de los sones mexicanos (generalmente campesinos), hay una relación muy estrecha entre las personas y los animales; algo que no deja de ser un dato curioso, ya que al parecer solo en el arte los animales acaban siempre por saber más que el hombre quien es el depositario de sus enseñanzas. Ahí están por ejemplo los consejos de las aves en materia de amor y de relaciones personales. Claro, a veces son metáforas que el mismo hombre inventa a través de los animales, pero no dejar de ser una relación interesante.
¿Qué le recomiendas a los niños que quieran dibujar o ser ilustradores?
Que sigan dibujando por siempre, si es que eso les llena y les da vida a sus ratos libres. Que no lo dejen a pesar de los consejos de sus mayores, que a la larga se dejan llevar más por las apariencias que por la calidad de pensamiento de sus semejantes.
¿Qué otras cosas te hubiera gustado dibujar de Tixtla?
Me parece que todo lo que se pudo, se incluyó en el proyecto (a pesar de la complejidad y riqueza de sus historias). Así que en ese sentido nos damos por bien servidos.
Fiestas del agua. Sones y leyendas de Tixtla de Caterina Camastra y Héctor Vega. Ilustraciones de Julio Torres Lara. Ediciones El Naranjo. ISBN: 978-607-7661-34-4
Las respuestas fueron escritas directamente por Julio Torres.
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